TABLA DE CONTENIDO
I. I. INTRODUCCIÓN.
II. II. GLOSARIO.
III. III. OBJETIVO.
IV. IV. JUSTIFICACIÓN.
V. V. EL PERIODO DE LA VAGANCIA.
VI. VI. CONCLUSIÓN.
VII. VII. BIOGRAFÍA.
VIII. VIII. FICHA BIBLIOGRÁFICA.
I. INTRODUCCIÓN
Se realiza en relación con el problema de la opinión
pública y la construcción de una justicia política para la República. A través
del análisis de la normatividad,
los informes oficiales y la prensa, se rastrean las significaciones de la vagancia, las transformaciones
y permanencias de las políticas contra esta y las discusiones dadas en relación
con la pobreza y la exclusión. De esta manera, se busca dar cuenta de las
consideraciones de esta en competencia a las virtudes republicanas como un
problema en que se articulan los campos de la moral, la economía y la política,
y de cómo y por qué el vago se convirtió en sujeto de leyes y policía, quienes
buscaron controlarlo y sujetarlo por medio de la instrucción, el trabajo y la
colonización.
El
problema de la vagancia como campo de estudio desde la historia en Colombia
surgió a partir de la década de 1990, trabajada en relación con la pobreza, la
moral, la caridad y la política.
II. OBJETIVO
Conocer en que consistía la ley contra la vagancia y que
era.
III. JUSTIFICACIÓN
Esta ley se realiza no solo por una cuestión propia de la
claridad y la beneficencia, sino también como una cuestión de policía,
estableciendo a todos los sujetos practicantes a la vagancia., convirtiéndolo
en un individuo útil, e integrarlo de nuevo a la saciedad donde ya no se
marginado o tachado como un vago.
IV. EL PERIODO DE LA VAGANCIA
Durante este periodo, la pobreza y la criminalidad habían
aumentado. Esta situación de desorden motivó acciones para su resolución, por
lo que, por medio de la ley, el Congreso intentó dar respuesta a las peticiones
de la comunidad política que, por un lado solicitaba la creación de cargos e
instancias judiciales, y la modificación de la justicia por medio de audiencias
sumarias y aumento en las penas que desembocaron en leyes penales que
agilizaran los términos de los procesos y dieron una ruta para llevar a cabo el
procedimiento penal.
En consecuencia, en 1826 se promulgó una ley de carácter
extraordinario por Francisco de Paula Santander en calidad de vicepresidente,
que tenía el fin de contrarrestar los hurtos y los homicidios, regular la
actuación de los burócratas
judiciales, establecer una cooperación entre el poder político y el judicial y
agilizar los procedimientos. Ello significó una reducción en tiempos y en
requerimientos en comparación con la antigua ley colonial. La vagancia fue
incluida dentro de esta ley que la reafirmaba como un delito -puesto que está
ya había sido considerada como tal en la Colonia- y, adicionalmente, la
señalaba como la precursora del hurto, y la situaba como una contravención a
los derechos individuales de los ciudadanos, especialmente contra la propiedad
y la seguridad. Por lo que, en las consideraciones de esta ley, se hizo
explícito el problema de la desmoralización de ciertos hombres a causa de la
"dilatada guerra", que se convirtieron en vagos, ociosos y mal
entretenidos y de los cuales nació el crimen y el delito.
V. CONCLUSIONES
La vagancia durante la primera mitad del siglo XIX fue
cobrando un nuevo significado no solo como una cuestión propia de la caridad y
la beneficencia, sino también como una cuestión de policía. El vago,
considerado como un sujeto excluido/desafiliado socialmente, se definía por la
ruptura de vínculos sociales en distintos niveles, que lo llevaban al margen de
la estructura social y lo hacían un sujeto indeseado, aun dentro del grupo de
los pobres.
Los gobiernos republicanos ofrecieron un marco legal que permitió
no solo establecer los sujetos y las prácticas referidas como vagas y vagancia,
sino también las condenas. Estas fueron un punto esencial en el manejo que se
le dio a la vagancia, pues buscaban reformar el cuerpo del vago -más que
escenificar su falta- al hacerlo un individuo útil, e incorporarlo en el campo
de la moral, la política y la economía.
Sin embargo, tanto el problema de la vagancia como sus
leyes fueron objeto de discusión y crítica por la prensa de la época. En muchos
de estos documentos se proponían ajustes a los procedimientos y a las condenas,
y se demandaba, en algunos casos, un manejo distinto del problema. La prensa,
inscrita como un espacio de opinión pública, evidenció la importancia que la
comunidad política dio a la creación y modificación de leyes, al manejo de los
problemas sociales asociados a la vagancia, la indigencia, la prostitución y la
libertad de esclavos, y a la implantación de un orden social, en el cual se
pudieran controlar los vicios y cultivar las virtudes. Aunque estas políticas y
acciones normativas, que buscaron un control y sujeción de los vagos dieron
continuidad a algunas concepciones y políticas coloniales, se inscribieron en
el ámbito republicano y se revistieron de nuevos sentidos, en coherencia con
los proyectos políticos de la época.
VI. BIOGRAFÍA
EL PODER LEGISLATIVO
El poder legislativo por definición, es el poder que hace
las leyes, facultad que implica la posibilidad de regular, en nombre del
pueblo, los derechos y las obligaciones de sus habitantes en consonancia con
las disposiciones constitucionales.
Un Congreso bicameral formado por el Senado (100 miembros elegidos por
circunscripción nacional por un periodo de cuatro años y un número adicional de
2 senadores elegidos en circunscripción especial por comunidades indígenas) y
la Cámara de Representantes, conformada por ciento sesenta y seis miembros
elegidos por 4 años, de los cuales ciento sesenta y uno representan a las
circunscripciones territoriales (departamentos y el Distrito Capital). A razón
de 2 por cada circunscripción y uno más por cada 250.000 habitantes o fracción
mayor de 125.000; los cinco restantes representan a las comunidades
afrocolombianas (dos), los indígenas (uno), los colombianos residentes en el
exterior (uno) y las minorías políticas (uno).
El Poder Legislativo es el encargado de elaborar las
leyes que rigen nuestro país. Cuando se hace necesario modificar una ley o
crear una nueva, son los diputados, senadores o el presidente los encargados de
hacer la propuesta, que también se llama iniciativa de ley, en ella plantean
los motivos para modificar o crear la ley, así como los artículos que la
componen.
La iniciativa de ley es analizada, discutida y aprobada
por todos los diputados y senadores; el presidente es el encargado de
promulgarla, esto es, firmarla para que sea publicada en el Diario Oficial de la
Federación, que es el periódico donde se dan a conocer todas las nuevas leyes,
reglamentos, normas y estatutos, que regirán la convivencia de nuestra
sociedad.
VII. FICHAS BIBLIOGRÁFICAS
POR: Michell Cárdenas Murillo (2014)
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